Experiencias de un español en Omán, un tranquilo país en la boca del Golfo Pérsico.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Ser perro en Omán

The boy stirred, and smiled in his sleep, as though these marks of pity and compassion had awakened some pleasant dream of a love and affection he had never known.

(El chico se revolvió y sonrió dormido, como si esas muestras de pena y compasión hubiesen despertado algún sueño agradable de un amor y afecto que nunca había conocido)

...................................Oliver Twist, Charles Dickens

No es nada fácil, y si no que se lo digan a esta preciosidad:

Se llama Charlie y si hablase te diría que los de su especie no son muy populares en el mundo Árabe. Llamar perro a un musulmán es un insulto grave. Los Omaníes suelen tener miedo a los perros, intuyo que porque al no ser un animal doméstico, no están acostumbrados y por la misma razón es posible que tengan la rabia y otras enfermedades. Tan poco populares son que el ayuntamiento de Mascate aprobó hace unos meses una ley que solo permitía pasear a los perros de 10 am a 3 pm. Es tal chorrada que no creo que haya un solo dueño de perro que cumpla esa ley. Por cierto, estoy generalizando. Por supuesto que hay Omaníes a los que les gustan los perros.

Como le ocurrió a Oliver Twist, Charlie ha pasado muchas desventuras en su juventud;

Entre la información que nos ha llegado y la que hemos deducido, la vida de Charlie ha sido algo así: fue maltratada en sus primeros años como perro vagabundo o por su dueño, luego unos niños tiraron un pedrusco sobre su pata delantera izquierda dejándosela como se ve en la foto:
De alguna forma u otra, Charlie fue a parar a la protectora de animales, una asociación formada por expatriados de buen corazón. Allí le encontraron un hogar con una señora que al poco de tenerla enfermó, por lo que volvió a la protectora. Charlie ya no es una cachorra y nadie la quería. Como en la protectora el espacio es limitado, corría peligro de que la llevaran al veterinario para que le pusieran la última inyección si no encontraba a una nueva familia.
Pero Charlie fue encontrada por Naomi. La única medalla que me voy a poner por todo esto es la de tener a mi lado a una mujer con un corazón de oro, por supuesto que todo esto es idea suya. Bueno, yo no he puesto mucha resistencia. Por cierto, el brazo peludo de arriba no es de Naomi, es el mío.

Tenemos a Charlie desde hace unos días. Es impresionante ver la progresión. Al principio parecía más un reptil que un perro, con el cuerpo pegado al suelo, la cabeza baja y la cola entre las patas. Era patética. La pobre tenía tanto miedo que si la intentabas mover para que hiciera algo se hacía pis encima. Teme a los extraños, se bloquea. De hecho, tuvimos un pequeño accidente con nuestro amigo Felipe al tercer día. Vino a una barbacoa de cordero en casa y al ir acariciarla le mordió (sin apretar). La culpa fue mía porque le dije a Felipe que no hacía nada. Me confié porque el día anterior estuvo mi jefe y ella fue muy cariñosa con él, pero también el tuvo una aproximación más lenta. Algo en Felipe la asustó mucho. Lo siento Felipe.

Ahora la perra está mucho mejor. Ya pasea con la cabeza alta. Le hemos enseñado a sentarse antes de recibir su comida y cuando abrimos la puerta. Lo de no entrar en la cocina le está costando mas, pero poco a poco.

Este fin de semana la hemos sacado a pasear por la playa con otros perros de nuestros vecinos y de la protectora.
Charlie puede correr, aunque no muy rápido, y poco a poco se va integrando con los otros perros. La primera vez que hicimos esto lo pasó mal y a la vuelta del paseo de este fin de semana ya estaba participando en algunos de los galopes de la jauría.
Y cada vez le tiene menos miedo a las olas. Eso, la verdad, es un poco cómico, hay que verla huyendo de ellas.

Por cierto, esta playa es la de nuestra urbanización (The Wave) que se puede ver al fondo de la foto de arriba. Como todavía están haciendo la fase II y III la playa está cerrada al público. Nosotros tenemos enchufe por lo que disponemos de kilómetros de costa para nosotros solos. Está tan virgen que aquí los cangrejos burbuja son enormes (nadie los caza). Se pueden ver en la foto de arriba en la orilla, pero hay que hacer click en la foto para verla en grande y poder apreciarlos. ¿Por qué se llaman cangrejos burbuja? No es por su forma, sino porque al bajar la marea se ponen como locos a filtrar arena por su boca en busca de los microorganismos que quedan entre los granos. Los cangrejos pequeñitos dejan millones de bolas de arena del tamaño de un guisante por toda la playa, pero estos grandes hacen unos montones de arena (olisqueados por los perros en la foto de abajo) que crean un extraño paisaje a la luz de la luna.

2 comentarios:

  1. Jopé, qué bonito este relato sobre Charlie. Me ha encantado! Qué bonita parrita.
    Y por cierto, gracias por aclarar lo del brazo peludo, ya pensaba que Naomi se estba volviendo marimacho para ser más respetada por esos lares.
    Me encantaría poder ir a veros, y hcer el viaje ese que propones por e desierto, pero no hay quien queira quedarse con mis tres churumbeles!!

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