Experiencias de un español en Omán, un tranquilo país en la boca del Golfo Pérsico.

miércoles, 29 de julio de 2009

Periyar Tiger Reserve

In the jungle, the quiet jungle, the lion sleeps tonight
In the jungle, the mighty jungle, the lion sleeps tonight
In the village, the quiet village, the lion sleeps tonight
In the village, the peaceful village, the lion sleeps tonight
Hush my darling, don't cry my darling, the lion sleeps tonight

....The lion sleeps tonight, Linda, Weiss, Creatore y Peretti.
En el Parque Nacional y reserva de tigres de Periyar no hay leones, pero si otras fieras. Este era el objetivo final y lo que más nos apetecía visitar en nuestro viaje por la India.

Ojo al dato. A un extranjero le cuesta un 1200% más la entrada que a un indio. Lo peor son los niños, que pagan un 2100% más ¡Viva el socialismo! Por otro lado, 300 rupias son 4,5 € y la mayoría de los indios son paupérrimos por lo que está justificado. Lo malo es que no todos los indios son pobres y siempre te queda una incómoda sensación de que por el color de tu piel (y no por tu pasaporte, pues no te lo piden para pagar un tuc-tuc), todo te sale más caro. Por pura pedantería matemática, antiguamente el museo del Prado era un ∞% más caro para los extranjeros. Como se que mi amigo Horacio es matemático, será más pedante aún y me dirá que eso es una indeterminación. Antonio, informático, me dirá que eso es un error lógico y Aleyois, psicóloga, dirá que los tres somos unos capullos.
Volviendo a lo que estábamos, nos apuntamos a una excursión senderista por el parque. Lo mejor de todo es que éramos solo 4 más el guía. Más gente es más ruido y menos posibilidades de ver animales salvajes.
Este es el ferry para cruzar a la otra orilla del parque. El nivel de mantenimiento es superior al de Transmediterránea pues se pasan todo el trayecto atando nuevos cabos a los bambúes. Menos mal que solo me mojé los pies porque no me apetecía darme un chapuzón con el equipo fotográfico.
Se alternan los claros y las zonas de densa vegetación. Los árboles son descomunales.
Todavía no hemos visto más que algún pájaro,
pero la flora es impresionante. Estos son hongos
y esta es mi planta favorita después del adianto. Posiblemente os preguntaréis que es lo que me puede gustar tanto de esta planta y también os preguntaréis si pierdo aceite. Bueno, la respuesta a la primera pregunta está en el vídeo (de pocos segundos) de abajo.
Es muy curioso ¿verdad? Se piensa que es un mecanismo de defensa frente a predadores. También se protege del viento y de la pérdida de humedad durante la noche al cerrarse al atardecer y abrirse al amanecer (si no hay luz, no merece la pena abrir las hojas).
Y por fín empezamos a encontrar animales salvajes (abajo).
Este es un mono negro, más raro y esquivo que el mono blanco (abajo).
No es que sea un mono muy pequeño, es que los bambúes son enormes.
El mono negro tiene el flequillo blanco y el mono blanco tiene el flequillo negro.
Estos son dholes o perros salvajes (que no callejeros). Se cree que los perros descendieron de los dholes y no de los lobos. Si estos animales no te impresionan demasiado, a lo mejor si te impresiona lo que cazan:
ciervos,
búfalos,
y otros animales, pero no, los dholes no atacan a los humanos. Un ataque de tigre tampoco es probable pues ellos te huelen, oyen y ven muchísimo antes que tú y te evitan. Ese es el clásico comportamiento felino. Los elefantes salvajes si son un peligro real, pero no son demasiado conspicuos. Sobre todo para nuestro guía, que se ha criado aquí. Me daba más confianza que el guía del otro grupo, que hacía la excursión con un rifle Máuser, el cual, a pesar de ser un diseño de hace 100 años, es muy preciso, lo malo es que tienes el mecanismo de cerrojo solo te da una oportunidad para abatir a un animal embistiéndote. Sinceramente, prefiero confiar en la timidez de los tigres y la profesionalidad de nuestro guía.

Para ser sincero, estoy haciéndome el héroe con falsa bravura. La realidad es que el ataque de animales más común en este lugar es el de las sanguijuelas al pisar por el barro, vadear, etc. Es por eso por lo que mi modelito de explorador (arriba) se complementa con polainas.
Estos son halcones abejeros (honey-buzzards o pernis apivorus).
Gracias a la experiencia de nuestro guía, nuestro safari fotográfico fue muy fructífero pero no tuvimos suerte con la búsqueda de elefantes, por lo que decidimos continuar en barco.
Fotógrafo de agua dulce.
Esto nos permitió ver muchas aves, sobre todo cormoranes (arriba y abajo),
También pudimos identificar otras como la cigüeña de cuello blanco (ciconia episcopus o woolly-necked stork).
El premio en cuanto a aves fue este martín pescador. Un regalo para los ojos.
En la orilla pudimos ver entre otras cosas: nutrias,
Jabalíes y, finalmente,
¡misión cumplida! A pesar de haber visto elefantes en el zoo, en desfiles y, aquí hasta andando por la calle, es una sensación muy especial ver una familia de elefantes en libertad.